Definición del cocodrilo
Es un reptil que vive en el agua con dientes muy
afilados y larga cola y patas cortas verdes.
Características del cocodrilo marino
Estos
reptiles están adaptados a llevar un modo de vida semi-acuática. Son excelentes
nadadores y también pueden pasar poco tiempo en tierra firme.
Su
piel es dura, rígida y cubierta por resistentes escamas que sirven como
armadura. Su cola está provista de fuertes músculos que le permiten un mejor
desplazamiento. Las patas delanteras están formadas por cinco dedos deparados y
las traseras por cuatro. Sus ojos les permiten visiones binoculares y contienen
una membrana transparente que se mueve en sentido transversal actuando como un
párpado adicional. Las fosas nasales están adaptadas a su vida acuática, pues
pueden respirar sumergidos cerrando un mecanismo de su garganta para evitar que
el agua entre a los pulmones.
Sus
pulmones son de gran tamaño, tanto, que les permiten resistir hasta seis horas
bajo el agua en movimiento. Por el contrario, si se encuentran quietos, la
energía almacenada es mayor, por lo que llegan a aguantar hasta dos días
sumergidos por completo.
Al
igual que otros miembros del reino animal, el cocodrilo modifica su
temperatura corporal de acuerdo a la variación del ambiente. Suelen caminar
lentamente, incluso en su paso llamado “galope” que es lo máximo que pueden
alcanzar, llegan a la velocidad de 17 km/h.
Es
común ver cocodrilos a las orillas de ríos con la mandíbula abierta; esto es
para calentarse en horas frías de las mañanas o bien, refrescarse en las partes
más calurosas del día.
Alimentación del
cocodrilo
Su dieta es variada. Los más jóvenes
consumen cangrejos, ranas, tortugas, insectos y otros animales pequeños. Los
más grandes optan por alimentarse de peces, carroña, aves acuáticas y mamíferos
de gran tamaño como búfalos, impalas, cebras, ñus, entre otros.
Su técnica de caza es muy cautelosa. Se
acercan por debajo del agua para que puedan ser percibidos, saliendo
sorpresivamente para no dejarle tiempo de reacción a la presa. Estos aferran su
poderosa mandíbula al cuerpo de la víctima llevándola bajo el agua para
ahogarla. Un método muy útil utilizado por estos reptiles, es el de girar sobre
su propio cuerpo al mismo tiempo que tienen aferradas a sus presas; esto es
para retorcerlas y despedazarlas.
Debido a que no pueden masticar, cortan
en pedazos al animal e ingieren el trozo completo. Los ácidos de su estómago,
les permiten digerir los huesos y conchas sin ningún problema.
Increíblemente pueden modificar su
metabolismo de acuerdo a las temporadas de abundancia o escasez. Cuando el
alimento sobra, aceleran la velocidad de su digestión, y cuando no hay mucho
por escoger, la vuelven lenta para permanecer más tiempo sin comer, incluso
hasta dos años en el caso de los ejemplares de mayor tamaño.